Buscar este blog

miércoles, 14 de abril de 2010

Twiligth



FICHA TECNICA:
Director:Catherine Hardwicke
Writers (WGA):
Melissa Rosenberg (screenplay)
Stephenie Meyer (novel)
Producida por SUMMMIT entertainment
Genero:Drama Fantasy Romance Thriller
Presupuesto De Produccion: 37 Millones de dolares
Taquilla Global: 384 millones de dolares
VER TWILIGTH EN TU PC
CLICK EN ESTE LINK





























NOMBRE: KRISTEN JAYMES STEWART FECHA DE NACIMIENTO: 9 DE ABRIL 1990
SIGNO ZODIACAL: ARIES LUGAR DE NACIMIENTO: LOS ANGELES, CALIFORNIA (USA)



Kristen inició su carrera a la edad de nueve años, cuando un agente la vio actuar en una obra de Navidad de su colegio Su primera actuación fue una pequeña aparición en la película Tritón por accidente, producida por Disney Channel Posteriormente apareció en la película independiente La seguridad de los objetos, donde interpretaba a la hija de una madre soltera (Patricia Clarkson). Tuvo un papel en la película de Hollywood, La habitación del pánico, su papel era el de la hija diabética de una madre divorciada (Jodie Foster). A pesar de que la película tuvo diferentes críticas, Kristen fue una de las actrices más aclamadas.




Su siguiente película después del éxito de La habitación del pánico fue La casa (Cold Creek Manor), interpretando a la hija de los personajes de Dennis Quaid y Sharon Stone.


Su primer papel como protagonista lo consiguió en Speak, una película para televisión basada en una novela de Laurie Halse Anderson. Kristen tenía trece años cuando la grabó e interpretaba a Melinda Sordino, una chica que se aísla de la gente después de haber sido violada. Las críticas sobre su actuación fueron muy buenas.En 2005 apareció en Zathura, Al año siguiente, interpretó a Maya en Gente poco corriente (Fierce people), dirigida por Griffin Dunne. Después de eso, recibió el papel de Jess Salomón en el thriller sobrenatural The Messengers. En 2007, encarnó a la guapa adolescente Lucy Hardwicke en Entre mujeres, un drama romántico protagonizado por Meg Ryan y Adam Brody. Kristen protagonizó la aclamada película de Sean Penn, Hacia rutas salvajes. Tambien participo en Jumper y What Just Happened, The cake eaters, .El 16 de noviembre de 2007, Summit Entertainment anunció que Kristen desempeñaría el papel de Isabella Swan en Crepúsculo, basado en el best-seller homónimo escrito por Stephenie Meyer Kristen se encontraba rodando Adventureland cuando la directora de Crepúsculo, Catherine Hardwicke visitó el estudio para hacerle una prueba que la "cautivó”.Durante una entrevista de radio Jason Mewes confirmó que va a rodar una película llamada K 11 con Kristen Stewart y Nikki Reed. La película, que será dirigida por la madre de Kristen, se desarrolla en un dormitorio de la cárcel del Condado de Los Ángeles. También interpretará a la guitarrista Joan Jett en la película The Runaways, dirigida por Floria Sigismondi y basada en la historia de la banda femenina de los años 70 que llevaba el mismo nombre Kristen conoció a Jett durante el Año Nuevo 2008-2009, y grabó canciones en un estudio para la películaEl 4 de octubre de 2009 se confirmó su papel protagonista en An American Girl, una película que será dirigida por James Woods y tratará de una chica que después del instituto se encuentra a si misma desperdiciando su vida bebiendo y drogándose en un pequeño pueblo de Indiana y acaba arruinando su reputación y uniéndose a los Marines
























BELLA SWAN

Bella Swan Es una persona tímida y muy observadora, que es algo torpe también. Bella Es muy responsable e inteligente (En la ciudad de Phoenix estaba en cursos adelantados). Se pone muy nerviosa cuando no puede estudiar la expresión de los demas, y por esto se muerde el labio constamente, pero sin llegar a sangrar. Bella se considera a sí misma una persona de poca belleza. Es algo celosa respecto a las vampiras más hermosas que ella. Su mejor amigo es Jacob Black, el rival de Edward en los libros Crepusculo, Luna Nueva y Eclipse. En Amanecer la relación con Edward mejora. Su mejor amiga es Alice Cullen, la hermana de Edward. Según Crepúsculo odia el frío y la lluvia. Le encanta leer, sobre todo su colección de Shakespeare. Es muy buena persona, odia ser el centro de atención y que se preocupen por ella. También sabe cocinar muy bien. Según su madre Bella nació con 35 años y que nunca fue una adolescente. No demuestra mucho sus emociones, principalmente las de cariño (heredado de su padre, Charlie). Su olor de Shampoo favorito es el de fresa. No soporta el olor a sangre, según ella huele a óxido y sal. Su sangre es dulce para los vampiros, algo que le ha traído problemas durante toda la historia de la Saga.


























NOMBRE: ROBERT PATTINSON FECHA DE NACIMIENTO: 13 de mayo de 1986
SIGNO ZODIACAL: LUGAR DE NACIMIENTO: Londres, Reino Unido







Pattinson nació en Londres, Inglaterra, el 13 de mayo de 1986. Su madre, Clare, trabajaba para una agencia de modelaje, y su padre, Richard, importaba coches antiguos de EE.UU. Comenzó su carrera como actor en la Compañía de Teatro Barnes para principiantes, a los 15 años. Después de algunos años en aquella compañía empezó a actuar en funciones. Robert llamó la atención de un agente de actores mientras actuaba en la producción de la obra Tess of the D'Urbervilles, y desde ahí comenzaron a buscarle papeles profesionales.





A partir de ahí participó en varias películas televisivas, como en la película alemana Ring of the Nibelungs (El anillo de los Nibelungos) en 2004, y en Vanity Fair interpretando a Rawdy Crawly, pero sus escenas fueron eliminadas y sólo se pueden ver en la edición DVD.
En mayo de 2005 fue contratado para aparecer en el estreno de The woman before en el Reino Unido, pero fue despedido poco antes de la apertura de la noche y fue sustituido por Tom Riley. A finales de ese mismo año, interpretó a Cedric Diggory en la película Harry Potter y el cáliz de fuego. Como consecuencia, fue nombrado "British Star of Tomorrow (Estrella Británica del futuro)" por el periódico Times Online, incluso más de una vez ha sido promocionado como el nuevo Jude Law.
Apareció en la campaña publicitaria de la colección Hackett para la temporada de otoño de 2007. En ese mismo año, se anunció que Robert interpretaría a Edward Cullen en Crepúsculo, una película basada en el best-seller homónimo de Stephenie Meyer. Colabora en la banda sonora de la película con el sencillo Never think. Ha declarado que le gustaría grabar un disco de música, pero que no lo haría a través de una discográfica, sino de manera independiente.
También actúa en el cortometraje The Summer House y en las películas How to Be (únicamente presentada en un festival de cine), That Bad Mother's Handbook y Little Ashes, donde interpreta al joven Salvador Dalí.
En enero de 2009 iba a grabar una película llamada Parts per billion, pero finalmente no la hizo por falta de tiempo. En marzo del mismo año comenzó a rodar la segunda parte de Crepúsculo, titulada The Twilight Saga: New Moon, continuando con el personaje de Edward Cullen. En julio rodó la película romántica Remember Me, junto a Emilie de Ravin y Pierce Brosnan.Entre los meses de agosto y octubre rodó The Twilight Saga: Eclipse, la tercera parte de Crepúsculo.
En 2010 protagonizará la adaptación cinematográfica de la novela de 1885 Bel Ami, interpretando a Georges Duroy.También se encuentra en negociaciones para aparecer en la adaptación cinematográfica de la novela histórica Agua para elefantes, escrita por Sara Gruen. En esta película compartiría cartel con Reese Witherspoon y Sean Penn.
























Edward Cullen es, junto a Isabella, uno de los personajes principales de la saga de novelas de Stephenie Meyer sobre una familia de vampiros 'buenos', que ha alcanzado un éxito sin precedentes, especialmente entre el público adolescente. La historia de la saga gira principalmente en torno al amor de adolescentes entre Edward Cullen, un vampiro, y Bella Swan, una chica de 17 años, tímida y reservada, a la que conoce en el instituto.

Edward fue transformado en vampiro a la edad de 17 años por Carlisle Cullen, patriarca de la familia de vampiros sobre los que giran las novelas, antes de eso no se sabe mucho sobre su vida humana. Según él mismo explica en 'Crepúsculo', primera parte de dicha saga, nace en Chicago el 20 de junio de 1901; su nombre completo original era Edward Anthony Masen. Con 17 años deseaba convertirse en soldado, sin embargo, la epidemia de gripe española trunca sus planes; El primero en morir por dicha enfermedad fue su padre, el cual se llamaba Edward; luego la madre de Edward (Elizabeth Masen), a punto de morir, pide a Carlisle, que salve a su hijo. Carlisle llega a sospechar, según relata a Bella Swan, que la mujer sabía que él era un vampiro y que podía salvar a su hijo convirtiéndolo.
Esto ocurrió en el verano (boreal) de 1918, según el relato del propio Edward. Así pues, Carlisle transforma a Edward en vampiro y de esta forma se convierte en su primer hijo adoptivo. Al convertirse en vampiro, los sentidos de Edward se exacerban y desarrolla nuevas facultades, siendo capaz de leer la mente de quienes le rodean, un don extraño incluso entre los vampiros.
Algunos pocos años después, Carlisle se encuentra con Esme, una mujer que da a luz a un niño prematuramente muerto. Cuando Esme intenta suicidarse, arrojándose desde un acantilado, Carlisle la salva convirtiéndola en vampira en el último momento, cuando ella, con todos los huesos del cuerpo rotos, agonizaba en la morgue. Se enamoran y poco después se casan. Edward, desde ese momento, considera a Esme su madre a todos los efectos.
Al principio Edward no soporta la dieta del doctor Cullen por lo que decide seguir su propio camino; así que diez años después de su conversión (por lo tanto, en 1928) Edward se separa de Carlisle para emprender una vida de nómada. Carlisle, en ningún momento intentó retener a Edward a su lado. Le dijo que hiciera lo que quisiese, con todo y eso, también le dijo que si algún día querría volver a su lado, él estaría encantado de recibirlo.
Edward agradece el ofrecimiento, pero no cede y se marcha. Edward prueba la sangre humana, asesinando a personas "malas y criminales" (según su criterio), que en su opinión estos matarían a otra persona si él no estuviese, así no se perdería una vida humana buena, y el mundo se libraría de un criminal.
Al pasar el tiempo Edward se harta de esta vida y decide que él no quería seguir siendo un monstruo (él lo describe como un "complejo de dios", decidiendo quien merece la sentencia de muerte). Vuelve con Carlisle, que lo recibe con los brazos abiertos y se adapta a la dieta de sangre animal.



GRUPO SANGUINEO
( fragmento tomado de la obra crepusculo escrito por Stephenie Meyer)





Me dirigí a clase de Lengua aún en las nubes, tal era así que al entrar ni siquiera me di cuenta de que la clase había comenzado.
—Gracias por venir, señorita Swan —saludó despectivamente el señor Masón.
Me sonrojé de vergüenza y me dirigí rápidamente a mi asiento.No me di cuenta de que en el pupitre contiguo de siempre se sentaba Mike hasta el final de la clase. Sentí una punzada de culpabilidad, pero tanto él como Eric se reunieron conmigo en la puerta como de costumbre, por lo que supuse que me habían perdonado del todo. Mike parecía volver a ser el mismo mientras caminábamos, hablaba entusiasmado sobre el informe del tiempo para el fin de semana. La lluvia exigía hacer una acampada más corta, pero aquel viaje a la playa parecía posible. Simulé interés para maquillar el rechazo de ayer. Resultaría difícil; fuera como fuera, con suerte, sólo se suavizaría a los cuarenta y muchos años.
Pasé el resto de la mañana pensando en las musarañas. Resultaba difícil creer que las palabras de Edward y la forma en que me miraba no fueran fruto de mi imaginación. Tal vez sólo fuese un sueño muy convincente que confundía con la realidad. Eso parecía más probable que el que yo le atrajera de veras a cualquier nivel.
Por eso estaba tan impaciente y asustada al entrar en la cafetería con Jessica. Le quería ver el rostro para verificar si volvía a ser la persona indiferente y fría que había conocido durante las últimas semanas o, si por algún milagro, de verdad había oído lo que creía haber oído esa mañana. Jessica cotorreaba sin cesar sobre sus planes para el baile —Lauren y Angela ya se lo habían pedido a los otros chicos e iban a acudir todos juntos—, completamente indiferente a mi desinterés.Un flujo de desencanto recorrió mi ser cuando de forma infalible miré a la mesa de los Cullen. Los otros cuatro hermanos estaban ahí, pero él se hallaba ausente. ¿Se había ido a casa? Abatida, me puse a la cola detrás de la parlanchina Jessica. Había perdido el apetito y sólo compré un botellín de limonada. Únicamente quería sentarme y enfurruñarme.
—Edward Cullen te vuelve a mirar —dijo Jessica; interrumpió mi distracción al pronunciar su nombre
-Me pregunto por qué se sienta solo hoy.
Volví bruscamente la cabeza y seguí la dirección de su mirada para ver a Edward, con su sonrisa picara, que me observaba desde una mesa vacía en el extremo opuesto de la cafetería al que solía sentarse. 
Una vez atraída mi atención, alzó la mano y movió el dedo índice para indicarme que lo acompañara. Me guiñó el ojo cuando lo miré incrédula.
— ¿Se refiere a ti? —preguntó Jessica con un tono de insultante incredulidad en la voz.
—Puede que necesite ayuda con los deberes de Biología —musité para contentarla—. Eh, será mejor que vaya a ver qué quiere.Pude sentir cómo me miraba al alejarme.
Insegura, me quedé de pie detrás de la silla que había enfrente de Edward al llegar a su mesa.
— ¿Por qué no te sientas hoy conmigo? —me preguntó con una sonrisa.
Lo hice de inmediato, contemplándolo con precaución. Seguía sonriendo. Resultaba difícil concebir que existiera alguien tan guapo. Temía que desapareciera en medio de una repentina nube de humo y que yo me despertara. Él debía de esperar que yo comentara algo y por fin conseguí decir:
—Esto es diferente.
—Bueno —hizo una pausa y el resto de las palabras salieron de forma precipitada—. Decidí que, ya puesto a ir al infierno, lo podía hacer del todo.Esperé a que dijera algo coherente. Transcurrieron los segundos y después le indiqué:
—Sabes que no tengo ni idea de a qué te refieres.
—Cierto —volvió a sonreír y cambió de tema—. Creo que tus amigos se han enojado conmigo por haberte raptado.
—Sobrevivirán.Sentía los ojos de todos ellos clavados en mi espalda.
—Aunque es posible que no quiera liberarte —dijo con un brillo pícaro en sus ojos. Tragué saliva y se rió.
—Pareces preocupada.
—No —respondí, pero mi voz se quebró de forma ridícula—. Más bien sorprendida. ¿A qué se debe este cambio?
—Ya te lo dije. Me he hartado de permanecer lejos de ti, por lo que me he rendido. Seguía sonriendo, pero sus ojos de color ocre estaban serios.
— ¿Rendido? —repetí confusa.—Sí, he dejado de intentar ser bueno. Ahora voy a hacer lo que quiero, y que sea lo que tenga que ser.Su sonrisa se desvaneció mientras se explicaba y el tono de su voz se endureció.
—Me he vuelto a perder.La arrebatadora sonrisa reapareció.
—Siempre digo demasiado cuando hablo contigo, ése es uno de los problemas.
—No te preocupes... No me entero de nada —le repliqué secamente.
—Cuento con ello.
—Ya. En cristiano, ¿somos amigos ahora?
—Amigos... —meditó dubitativo.
—O no —musité.
Esbozó una amplia sonrisa.
—Bueno, supongo que podemos intentarlo, pero ahora te prevengo que no voy a ser un buen amigo para ti.
El aviso oculto detrás de su sonrisa era real.
—Lo repites un montón —recalqué al tiempo que intentaba ignorar el repentino temblor de mi vientre y mantenía serena la voz.
—Sí, porque no me escuchas. Sigo a la espera de que me creas.
Si eres lista, me evitarás.
—Me parece que tú también te has formado tu propia opinión sobre mi mente preclara.Entrecerré los ojos y él sonrió disculpándose.
—En ese caso —me esforcé por resumir aquel confuso intercambio de frases—, hasta que yo sea lista... ¿Vamos a intentar ser amigos?
—Eso parece casi exacto.Busqué con la mirada mis manos, en torno a la botella de limonada, sin saber qué hacer.
— ¿Qué piensas? —preguntó con curiosidad.Alcé la vista hasta esos profundos ojos dorados que me turbaban los sentidos y, como de costumbre, respondí la verdad:
—Intentaba averiguar qué eres.Su rostro se crispó, pero consiguió mantener la sonrisa, no sin cierto esfuerzo.
— ¿Y has tenido fortuna en tus pesquisas? —inquirió con desenvoltura.
—No demasiada —admití.Se rió entre dientes.
- ¿Qué teorías barajas?-Me sonrojé.
Durante el último mes había estado vacilando entre Batman y Spiderman. No había forma de admitir aquello.
— ¿No me lo quieres decir? —preguntó, ladeando la cabeza con una sonrisa terriblemente tentadora.Negué con la cabeza.
—Resulta demasiado embarazoso.
—Eso es realmente frustrante, ya lo sabes —se quejó.
—No —disentí rápidamente con una dura mirada—. No concibo por qué ha de resultar frustrante, en absoluto, sólo porque alguien rehusé revelar sus pensamientos, sobre todo después de haber efectuado unos cuantos comentarios crípticos, especialmente ideados para mantenerme en vela toda la noche, pensando en su posible significado... Bueno, ¿por qué iba a resultar frustrante?Hizo una mueca.
—O mejor —continué, ahora el enfado acumulado fluía libremente—, digamos que una persona realiza un montón de cosas raras, como salvarte la vida bajo circunstancias imposibles un día y al siguiente tratarte como si fueras un paria, y jamás te explica ninguna de las dos, incluso después de haberlo prometido. Eso tampoco debería resultar demasiado frustrante.
—Tienes un poquito de genio, ¿verdad?
—No me gusta aplicar un doble rasero.Nos contemplamos el uno al otro sin sonreír.Miró por encima de mi hombro y luego, de forma inesperada, rió por lo bajo.
— ¿Qué?
—Tu novio parece creer que estoy siendo desagradable contigo. Se debate entre venir o no a interrumpir nuestra discusión.Volvió a reírse.
——No sé de quién me hablas —dije con frialdad— pero, de todos modos, estoy segura de que te equivocas.
—Yo, no. Te lo dije, me resulta fácil saber qué piensan la mayoría de las personas.
—Excepto yo, por supuesto.
—Sí, excepto tú —su humor cambió de repente. Sus ojos se hicieron más inquietantes
—. Me pregunto por qué será.La intensidad de su mirada era tal que tuve que apartar la vista. Me concentré en abrir el tapón de mi botellín de limonada. Lo desenrosqué sin mirar, con los ojos fijos en la mesa.
— ¿No tienes hambre? —preguntó distraído.
—No —no me apetecía mencionar que mi estómago ya estaba lleno de... mariposas. Miré el espacio vacío de la mesa delante de él—.
¿Y tú?
—No. No estoy hambriento.No comprendí su expresión, parecía disfrutar de algún chiste privado.
— ¿Me puedes hacer un favor? —le pedí después de un segundo de vacilación.De repente, se puso en guardia.
—Eso depende de lo que quieras.
—No es mucho —le aseguré. El esperó con cautela y curiosidad.
—Sólo me preguntaba si podrías ponerme sobre aviso la próxima vez que decidas ignorarme por mi propio bien. Únicamente para estar preparada.Mantuve la vista fija en el botellín de limonada mientras hablaba, recorriendo el círculo de la boca con mi sonrosado dedo.
—Me parece justo.Apretaba los labios para no reírse cuando alcé los ojos.
—Gracias.
—En ese caso, ¿puedo pedir una respuesta a cambio? —pidió.—Una.—Cuéntame una teoría.¡Ahí va!
—Esa, no.—No hiciste distinción alguna, sólo prometiste una respuesta —me recordó.
—Claro, y tú no has roto ninguna promesa —le recordé a mi vez.
—Sólo una teoría... No me reiré.
—Sí lo harás.Estaba segura de ello. Bajó la vista y luego me miró con aquellos ardientes ojos ocres a través de sus largas pestañas negras.
—Por favor —respiró al tiempo que se inclinaba hacia mí.Parpadeé con la mente en blanco. ¡Cielo santo! ¿Cómo lo conseguía?
—Eh... ¿Qué?—pregunté, deslumbrada.
—Cuéntame sólo una de tus pequeñas teorías, por favor.Su mirada aún me abrasaba. ¿También era un hipnotizador? ¿O era yo una incauta irremediable?
—Pues... Eh... ¿Te mordió una araña radiactiva?
—Eso no es muy imaginativo.
—Lo siento, es todo lo que tengo —contesté, ofendida.
—Ni siquiera te has acercado —dijo con fastidio.— ¿Nada de arañas?
—No.— ¿Ni un poquito de radiactividad?
—Nada.
—Maldición —suspiré.
—Tampoco me afecta la kriptonita —se rió entre dientes.—Se suponía que no te ibas a reír, ¿te acuerdas?Hizo un esfuerzo por recobrar la compostura.
—Con el tiempo, lo voy a averiguar —le advertí.
—Desearía que no lo intentaras —dijo, de nuevo con gesto serio.— ¿Por...?
— ¿Qué pasaría si no fuera un superhéroe?
-¿Y si fuera el chico malo? —sonrió jovialmente, pero sus ojos eran impenetrables.
—Oh, ya veo —dije. Algunas de las cosas que había dicho encajaron de repente.
— ¿Sí?De pronto, su rostro se había vuelto adusto, como si temiera haber revelado demasiado sin querer.
— ¿Eres peligroso?-Era una suposición, pero el pulso se me aceleró cuando, de forma instintiva, comprendí la verdad de mis propias palabras. Lo era. Me lo había intentado decir todo el tiempo. Se limitó a mirarme, con los ojos rebosantes de alguna emoción que no lograba comprender.
—Pero no malo —susurré al tiempo que movía la cabeza
—. No, no creo que seas malo.
—Te equivocas.Su voz apenas era audible. Bajó la vista al tiempo que me arrebataba el tapón de la botella y lo hacía girar entre los dedos. Lo contemplé fijamente mientras me preguntaba por qué no me asustaba. Hablaba en serio, eso era evidente, pero sólo me sentía ansiosa, con los nervios a flor de piel... y, por encima de todo lo demás, fascinada, como de costumbre siempre que me encontraba cerca de él.El silencio se prolongó hasta que me percaté de que la cafetería estaba casi vacía. Me puse en pie de un salto.
—Vamos a llegar tarde.
—Hoy no voy a ir a clase —dijo mientras daba vueltas al tapón tan deprisa que apenas podía verse.
— ¿Por qué no?
—Es saludable hacer novillos de vez en cuando —dijo mientras me sonreía, pero en sus ojos relucía la preocupación.
—Bueno, yo sí voy.Era demasiado cobarde para arriesgarme a que me pillaran. Concentró su atención en el tapón.
—En ese caso, te veré luego.Indecisa, vacilé, pero me apresuré a salir en cuanto sonó el primer toque del timbre después de confirmar con una última mirada que él no se había movido ni un centímetro.Mientras me dirigía a clase, casi a la carrera, la cabeza me daba vueltas a mayor velocidad que el tapón del botellín. Me había respondido a pocas preguntas en comparación con las muchas que había suscitado. Al menos, había dejado de llover.Tuve suerte. El señor Banner no había entrado aún en clase cuando llegué. Me instalé rápidamente en mi asiento, consciente de que tanto Mike como Angela no dejaban de mirarme. Mike parecía resentido y Angela sorprendida, y un poco intimidada.Entonces entró en clase el señor Banner y llamó al orden a los alumnos. Hacía equilibrios para sostener en brazos unas cajitas de cartón. Las soltó encima de la mesa de Mike y le dijo que comenzara a distribuirlas por la clase.

No hay comentarios:

Publicar un comentario